jueves, 6 de agosto de 2009

La tristeza y la furia


En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta...En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas...Había una vez...Un estanque maravilloso.Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas, las dos, entraron al estanque.La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún salió del agua...Pero la furia es ciega, o por lo menos, no distingue claramente la realidad, así que desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...Y así vestida de tristeza, la furia se fue.Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre, a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.En la orilla encontró que su ropa ya no estaba.Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos, es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.

lunes, 3 de agosto de 2009

La ciudad de los pozos


Esa ciudad no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del planeta. Esa ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes... pero pozos al fin.Los pozos se diferenciaban entre si, no sólo por el lugar en que estaban excavados sino también por el brocal (la abertura que los conectaba con el exterior).Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de mármol y metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y algunos otros más pobres, con simples agujeros pelados que se abrían en la tierra.La comunicación entre los habitantes de la ciudad era brocal a brocal y las noticias cundían rápidamente, de punta a punta del poblado.Un día llego a la ciudad una "moda" que seguramente había nacido en algún pueblito humano. La nueva idea señalaba que todo ser viviente que se precie debería cuidar mucho mas lo interior que lo exterior. Lo importante no es lo superficial sino el contenido. Así fue como los pozos empezaron a llenarse de cosas.Algunos se llenaron de joyas, monedas de oro y piedras preciosas.Otros más prácticos, se llenaron de electrodomésticos y aparatos mecánicos.Algunos más, optaron por el arte, y fueron llenándose de pinturas, pianos de cola y sofisticadas esculturas post-modernas. Finalmente los intelectuales se llenaron de libros, de manifiestos ideológicos y de revistas especializadas.Paso el tiempo. La mayoría de los pozos se llenaron a tal punto que ya no pudieron incorporar nada más. Los pozos no eran todos iguales, así que, si bien algunos se conformaron, hubo otros que pensaron que debían hacer algo para seguir metiendo cosas en su interior.Uno de ellos fue el primero: en lugar de apretar el contenido, se le ocurrió aumentar su capacidad ensanchándose. No pasó mucho tiempo antes de que la idea fuera imitada. Todos los pozos gastaban gran parte de sus energías en ensancharse para poder hacer mas espacio en su interior. Un pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a ver a sus camaradas ensanchándosedesmedidamente. El pensó que si seguían hinchándose de tal manera, pronto se confundirían los bordes y cada uno perdería su identidad. Quizás a partir de esta idea se le ocurrió que otra manera de aumentar su capacidad era crecer, pero no a lo ancho sino hacia lo profundo. Hacerse mas hondo en lugar de másancho.Pronto se dio cuenta que todo lo que tenia dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar. Si quería ser más profundo debía vaciarse de todo contenido. Al principio tuvo miedo al vació, pero luego,cuando vio que no había otra posibilidad, lo hizo.Vacío de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo, mientras los demás se apoderaban de las cosas de las que él se había desecho. Un día, repentinamente el pozo que crecía hacia adentro tuvo una sorpresa: Adentro, muy adentro, y muy en el fondo encontró agua!!! Nunca antes otro pozo había encontrado agua. El pozo superó la sorpresa y empezó a jugar con el agua del fondo, humedeciendo las paredes, salpicando los bordes y por último sacando agua hacia afuera. La ciudad nunca había sido regada más que por lluvia, que de hecho era bastante escasa, así que la tierra alrededor del pozo, revitalizada por el agua, empezó a despertar. Las semillas de sus entrañas, brotaron en pasto, en tréboles, en flores y en tronquitos endebles que se volvieron árboles después. La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo al que empezaron a llamar "El Vergel".Todos se preguntaban cómo había conseguido el milagro. Ningún milagro -contestaba El Vergel - hay que buscar en el interior, hacia lo profundo.Muchos quisieron seguir el ejemplo del Vergel, pero desecharon la idea cuando se dieron cuenta que para ir más profundo debían vaciarse. Siguieron ensanchándose cada vez más para llenarse de más y más cosas.En la otra punta de la ciudad otro pozo, decidió correr también el riesgo al vacío. Y también empezó a profundizar. Y también llegó al agua. Y también salpicó hacia fuera creando un segundo oasis verde en el pueblo. Que harás cuando se termine el agua? - le preguntaban.No sé lo que pasará - contestaba - Pero, por ahora, cuanto más agua saco más agua hay. Pasaron unos cuantos meses antes del gran descubrimiento.Un día, casi por casualidad los dos pozos se dieron cuenta de que el agua que habían encontrado en el fondo de sí mismos era la misma. Que el mismo río subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad del otro. Se dieron cuenta de que se abría para ellos una nueva vida. No sólo podían comunicarse, de brocal a brocal, superficialmente, como todos los demás,sino que la búsqueda les había deparado un nuevo y secreto punto de contacto: La comunicación profunda que sólo consiguen entre sí, aquellos que tienen el coraje de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo de su ser lo que tienen para dar

El Cuento dentro del cuento...


Hacía meses que vivía asustado por terribles pensamientos de aniquilación que lo atormentaban... sobre todo en las noches. Se acostaba temiendo no ver el amanecer del día siguiente y no conseguía dormirse hasta que el sol despuntaba, a veces apenas una hora antes de tener que levantarse para ir a su trabajo. Cuando supo que El Iluminado pasaría la noche en las afueras del pueblo, se dió cuenta de que tenía en sus manos una oportunidad única, ya que no era frecuente que los viajeros pasaran, ni siquiera cerca, de este poblado perdido entre las montañas de Caldea. La fama precedía al misterioso visitante, y aunque nadie lo había visto, se decía que el maestro tenía las respuestas a todas las preguntas. Por eso esa madrugada, sin que ninguno de su casa lo notara, lo fue a ver a la tienda que le habían avisado, había armado junto al río. Cuando llegó, el sol recién había terminado de separarse del horizonte. Encontró al Iluminado meditando. Esperó respetuosamente unos minutos hasta que el maestro notó su presencia... En ese momento, y como si lo estuviera esperando, giró hacia él y con una plácida expresión, lo miró a los ojos en silencio. - Maestro, ayúdame. - dijo el hombre - Pensamientos terribles asaltan mis noches y no tengo paz ni ánimo para descansar y disfrutar de las cosas que vivo. Dicen que tú lo resuelves todo. Ayúdame a escapar de esta angustia... El maestro sonrió y le dijo: - Te contaré un cuento: "... Un hombre rico mandó a su criado al mercado en busca de alimentos. Pero a poco de llegar allí, se cruzó con la muerte que lo miró fijamente a los ojos. El criado empalideció del susto y salió corriendo dejando tras de sí las compras y la mula. Jadeando, llegó a casa de su amo: - Amo, Amo!. Por favor, necesito un caballo y algo de dinero para salir ya mismo de la ciudad... Si salgo ya mismo quizás llegue a Tamur antes del anochecer... por favor amo, por favor...! El señor le preguntó sobre el motivo de tan urgente pedido y el criado le contó a borbotones su encuentro con la muerte. El dueño de casa pensó un instante y alargándole una bolsa de monedas le dijo: - Bien, sea. Vete. Llévate el caballo negro que es el más veloz que tengo. - Gracias amor - dijo el sirviente y, tras besarle las manos, corrió al establo, montó el caballo y partió velozmente hacia la ciudad de Tamur. Cuando el sirviente se hubo perdido de vista, el acaudalado hombre caminó hacia el mercado buscando a la muerte. - ¿Por qué asustaste a mi sirviente? - le preguntó en cuanto la vió. - ¿Asustarlo yo? - preguntó la muerte. - Sí - dijo el hombre rico - él me dijo que hoy se cruzó contigo y lo miraste amenazante. - Yo no lo miré amenazante - dijo la muerte - lo miré sorprendida. No esperaba verlo aquí esta tarde, porque se supone que tengo que recogerlo en Tamur esta noche!! - ¿Entiendes? - preguntó - Claro que entiendo, maestro, intentar escapar de los malos pensamientos es salir a buscarlos. Huir de la muerte es ir a su encuentro. - Así es. - Tengo tanto que agradecerte, maestro... - dijo el hombre - Siento que desde esta misma noche dormiré tan tranquilo recordando este cuento que me levantaré sereno casa mañana... - Desde esta noche... - interrumpió el anciano - no habrá más mañanas. - No entiendo - dijo el hombre. - Entonces... no entendiste el cuento. El hombre, sorprendido, miró al Iluminado y vio que la expresión de su cara, ya no era la misma...

miércoles, 13 de mayo de 2009


La tecnología ofrece infinidad de soluciones a los quehaceres cotidianos, aunque no todo es color de rosa. Las manos, por ser las receptoras de todos los dispositivos, son las más castigadas por las lesiones informáticas.
Los médicos alertan que los casos por el uso inapropiado de teléfonos móviles están en ascenso. El deterioro principal se produce al tipear mensajes de texto (SMS) realizando una fuerza excesiva con los pulgares.
La patología, de acuerdo con los cirujanos de mano, se produce al intentar escribir con rapidez sobre unas teclas con muy poca separación entre sí. Al repetir esta operación por largos períodos de tiempo -como la adolescente de Estados Unidos que intentó batir un record y llegó a intercambiar 303.398 SMS en un mes-, genera estrés en las articulaciones que no están preparadas para soportarlo.
Sobre este punto, Adriana Pemoff, jefa del Equipo de Miembros Superiores del Hospital Fernández y Presidenta de la Asociación Argentina de Cirugía de la Mano, dice que "en el último año, las consultas de jóvenes con dolores en la base del pulgar llegan a ser de 2 o 3 por semana." A esta aflicción, bautizada "la fatiga del pulgar", se la asoció con aquellos teléfonos inteligentes con un teclado QWERTY porque -para poder interactuar en estos aparatos- es indispensable valerse de los pulgares. Pero con la masificación de los celulares -hay casi 50 millones en la Argentina- la dolencia se hizo extensible a los equipos tradicionales.
Alan Hedge, investigador de la Cornell University en Ithaca, New York ratifica que "el pulgar, al estar en oposición a los otros dedos, carece de ciertas habilidades. Es por eso que sólo tenemos 2 y no 8". Su colega, Prosper Benhaim, agrega "todo lo que causa movimientos repetitivos puede predisponer a daños de diversa índole, tales como tendinitis o derivar en algo más grave como la artritis".
Los expertos consideran que las lesiones podrían agravarse en un futuro, cuando una nueva generación de adictos al celular y a otros aparatos electrónicos alcance la edad adulta.Carlos Eugenio Martínez, de la Asociación Argentina de Cirugía de la Mano y Reconstructiva del Miembro Superior (AACMyRMS) revela que "del 18 por ciento de las consultas por tendinitis y otras patologías asociadas, el 15 por ciento corresponde al mal uso de aparatos electrónicos".
Y advierte: "entre los jóvenes ocasiona una leve distensión pero entre los mayores de 45 años, la recuperación no es tan rápida y va motivando un progresivo desgaste de articulación trapecio metacarpiana o articulación base del pulgar".
Entre los síntomas más frecuentes aparecen: dolor intenso, pérdida de fuerza, inflamación de las vainas sinoviales de muñeca y mano, entumecimiento y molestias en la base del pulgar y en los casos extremos, la tendinitis puede extenderse a brazos y codos. Si el padecimiento es leve, con reducir la frecuencia de los mensajes y realizar estiramientos periódicos, será suficiente. Si la fatiga no desaparece, habrá que apelar a la kinesiología. En casos extremos, donde la artrosis es muy avanzada, una posibilidad es la cirugía.
En la columna de aspectos a corregir, en primer término figura la mala postura. Lo indicado es buscar un asiento con un respaldo confortable y sostener el móvil con ambas manos, a unos 15 centímetros de los ojos. Y no responder los SMS con la espalda encorvada y la cabeza inclinada hacia abajo por más de 10 minutos. En cuanto a prevención, Adriana Pemoff recuerda que "es la tecnología la que debe adaptarse a nuestras rutinas y no a la inversa. Para que desaparezcan las molestias, es fundamental recurrir a una especialista, una terapista de mano que re-eduque la posición de las manos en el teléfono".
Un consejo más: no abusar del uso del teclado del celular. Escribir apenas lo justo, conciso y necesario.